La tendencia de aumento acelerado de casos de las últimas semanas parece haberse detenido en estos días, como se anticipaba en las proyecciones para el país que se publicaron desde inicios de abril. Los hospitales tardarán al menos un mes más en aliviar la ocupación actual, que está rebalsada.
Para que una tendencia se confirme deben transcurrir por lo menos 15 días, así que aún no podemos asegurar que los casos definitivamente bajarán, pero estamos comenzando a ver en los indicadores las primeras señales de que así será. Primero Dios se cumpla lo proyectado, y para el otro viernes sea evidente que hemos llegado al pico de la tercera ola, y que para mayo comencemos a presenciar el descenso de casos.
Por lo que tengo entendido, el gobierno mantendrá las actuales restricciones hasta que se cumpla el plazo original de quince días, es decir, que durarán hasta el próximo fin de semana, con algunas pequeñas modificaciones, en especial para el sector de restaurantes. El plan es retomar el semáforo, que en mi opinión es lo correcto, pues el sistema de alertas es objetivo, basado en indicadores públicos, con aforos y medidas que ya regulan la actividad comercial, social y cultural. El desafío del gobierno es reforzar el cumplimiento del semáforo en los que no obedecen, no publicar más prohibiciones para los que sí cumplen.
El contagio continúa, y mientras el país tenga un sistema de salud débil y escasas camas de hospital, siempre estaremos al borde del colapso. Por esa razón es importante la responsabilidad individual, no solo para cuidarnos a nosotros mismos, sino para evitar el caos colectivo.
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