El día de hoy Israel declaró derrotada la pandemia del Covid-19, tras haber vacunado a más del 60% de la población, que representan el 85% de los mayores de edad. La celebración del fin de la pandemia se hizo en un concierto dentro de un hospital, sin distanciamiento social, certificados de vacunación ni obligación de utilizar mascarilla. Israel inició el retorno a la "normalidad normal", la que todos conocimos en 2019, no a la "nueva normalidad", ese híbrido que quisiéramos dejar atrás.
Hoy se levantaron las restricciones para los ciudadanos israelíes, con la excepción del ingreso de viajeros al país, que aún necesitan llenar varios requisitos, como comprobar la vacunación o una prueba PCR negativa. Esta medida busca evitar el ingreso de nuevas variantes al país, y será relajada en unas semanas. A pesar de que se levantaron las imposiciones, prohibiciones o restricciones de aforos, pasarán aún algunos meses en lo que la población retome la plena confianza y deje atrás el legado de quince meses de confinamientos.
Iglesias, colegios, universidades, comercios, restaurantes, centros comerciales, hoteles, la industria turística, salones de belleza, gimnasios, los organizadores de eventos y la afición deportiva son algunos de tantos sectores que se verán beneficiados de esta nueva etapa en Israel y del empuje que recibirá la economía.
LOS DATOS
Este lunes fueron reportados 4 nuevos casos de contagios, de las 22,000 pruebas realizadas (0.01% de positividad). Israel ha reportado oficialmente 839,508 casos de contagio en total y 6,413 fallecidos. Ha sido uno de los países más lastimados en términos de contagios en relación a su población, reportando más de 90,000 casos por cada millón de habitantes, en el puesto número 19 en este indicador, por detrás de países como Estados Unidos y Suecia, y delante de Francia, Panamá o Argentina. (Como comparación, Guatemala lleva reportados 14,000 casos por millón de habitantes).
OBSERVACIONES
Cabe mencionar algunas observaciones que me surgen:
1) Hay que resaltar el empuje del primer ministro Benjamín Netanyahu para vacunar a todos antes de las elecciones de finales de marzo, y de levantar todas las restricciones antes de su salida del gobierno. El avance de la vacunación requiere de liderazgo, no sucede por sí sola. Esta crisis separó a políticos que priorizaron la gestión de la pandemia de aquellos desinteresados.
2) El grupo anti-vacunas no se vacunará a pesar de toda la información, estadísticas o pruebas que se les presenten, y hay que respetarlos. Vacunarse es una decisión voluntaria e individual, y aquellos que no lo hagan no pueden ser vistos de menos ni marginados, y se agradecería ese mismo respeto recíproco. El gobierno de Israel ha aceptado que no logrará la meta que se había propuesto originalmente de vacunarlos a todos, y está dispuesto a continuar avanzando con esta realidad.
3) No hay muertes masivas ni grandes efectos secundarios, tampoco hay chips, una identidad global única ni se obligó a nadie a recibir la vacuna. El "pase verde", el certificado de vacunación temporal que se implementó, dejó de tener efecto. Muchos de los temores que se han repetido en contra de la vacunación han sido superados en Israel.
4) Creo que es importante darle seguimiento el caso de Israel porque es un antecedente de lo que podría suceder en otros países. Los israelíes son el mayor campo de pruebas de las vacunas, por lo que no se puede cerrar aquí el caso, sino que hay que darle seguimiento a los contagios futuros, al comportamiento de la sociedad y de la economía, y de posibles reacciones, secuelas o consecuencias positivas y negativas de la acelerada vacunación.
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